Autoconsumo industrial
El autoconsumo industrial es una forma de autoconsumo que está orientada a actividad empresarial como fábricas, oficinas, almacenes y centros logísticos con consumos intensivos. Aunque la nomenclatura ‘industrial’ puede llevarnos a confusión ya que se relaciona directamente, valga la redundancia, con industria y fábricas, realmente es beneficiosa para cualquier tipo de empresa que tenga grandes consumos eléctricos derivados de su actividad diaria: Como un hotel, un complejo de casas rurales, un bloque de oficinas, un centro comercial, lavanderías…
¿Cómo se benefician las empresas del autoconsumo industrial?
Las cubiertas de naves y edificios suelen ofrecer una superficie amplia y sin sombras, perfecta para potencias superiores a 100 kWp. Esta modalidad permite reducir costes operativos y fijos para el correcto desarrollo de la actividad empresarial, de manera que el margen de beneficios es mayor, mejorando la competitividad. Además, el autoconsumo industrial permite a las empresas cumplir con los objetivos de sostenibilidad y ESG exigidos por clientes e inversores (como el acceso a certificaciones tales como la ISO 50001 o la Green Key, en el caso de alojamientos turísticos), además de adelantarse a futuras normativas ecológicas y de eficiencia energética que seguro llegarán.
Modelos de financiación en el autoconsumo industrial
Las empresas que deseen beneficiarse del autoconsumo industrial pueden acogerse a contratos PPA onsite (muy recomendable si los consumos son realmente altos) o financiar la instalación mediante renting, evitando desembolsos iniciales si no se desea.
Además, con el nuevo mecanismo de compensación de excedentes en media tensión, las industrias pueden rentabilizar la energía sobrante en fines de semana u horarios valle. El periodo de amortización suele situarse entre 3 y 5 años y la TIR supera el 12 %, convirtiendo la fotovoltaica en una inversión estratégica de bajo riesgo.